En la actualidad se suele llamar Delicatessen a los establecimientos que ofrecen delicias exclusivas, exóticas o de exquisita ejecución. En el film, el término es una ironía para designar su contario: actos de canibalismo destinados a saciar el hambre en situaciones extremas y de aislamiento social. Ambientado en Francia durante la posguerra, cuando no sólo acuciaba el hambre, sino también el odio y la precariedad de lazos sociales, el film nos invita a reflexionar sobre lo insondable del porvenir luego de la guerra. ¿Qué hacer frente a esa degradación radical de la condición humana? ¿Cuándo la comida deja de ser una actividad simbólica para devenir un real innombrable? El humor negro de una suicida imposible y lo sublime de un artista que sabe hacer con sus piruetas, son las vías para lidiar con el espanto. Solo entonces el arte podrá recuperar su función de velo frente al horror de los cuerpos fragmentados.

Florencia González Pla