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Repertorio completo
DESEO DE
CINE
[ Ver y pensar películas y series en cuarentena ]
Doce monos [1995]
Gilliam
El film está ambientado en un futuro distópico en el que una epidemia provocada por un virus mortífero ha diezmado a la humanidad. Quienes sobrevivieron, deben permanecer aislados en comunidades subterráneas para evitar nuevos contagios. Es entonces cuando un presidiario, encarnado por Bruce Willis, se ofrece como voluntario para viajar al pasado y conseguir una muestra del virus que originó la pandemia. En esa travesía por el tiempo, encontrará la oportunidad de responder por aquello que desconoce de sí mismo.
[ Lecturas ]
Remake de La Jetée (1962), uno de los films más bellos y poéticos sobre la memoria, el amor y el destino, 12 monos es una reescritura del film francés de Chris Marker al que el director Terry Gilliam incorpora su propia imaginería y obsesiones ya presentes en Brazil: un mundo en el que campea la alienación, la burocracia, el absurdo y la incomunicación. Agrega a la trama de Marker una estrafalaria conspiración a cargo de un grupo llamado “Los 12 monos”, del que se sospecha que hayan sido responsables de haber arrojado un virus que liquidó a la mayor parte de la población de la tierra, para justificar los viajes en el tiempo de James Cole (Bruce Willis), enviado al pasado para tratar de evitar la hecatombe. Permanece aún, tras imágenes espectaculares y surrealistas de un futuro devastado y un presente en el que cientos de animales del zoológico corren por las autopistas, el centro original del célebre corto francés: la búsqueda por recuperar una imagen recordada de la infancia. Los recuerdos –al fin y al cabo, encubridores– están hechos menos para recrear una escena de nuestro pasado, que para intentar decir algo del deseo. La imagen fascinante de una mujer en el aeropuerto que el protagonista recuerda de niño es la memoria de un amor vuelto inocente por la mirada infantil. Función de veladura del horror, ese recuerdo de la infancia que concluye con una muerte es para Cole una cifra ignorada de su propio destino. James Cole encarna al héroe trágico cuyo final ha estado marcado desde siempre en un recuerdo que es también un paradójico anticipo de su porvenir. Y sucumbe al dirigirse en el futuro a la misma escena del recuerdo del pasado, para existir en aquella huella de la memoria misma por amor a una mujer. Recuerdo del futuro, Cole atraviesa al final un instante de epifanía en el que se realiza el encuentro imposible entre vivencia y recuerdo donde deseo y muerte se conjugan.
Eduardo Laso
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