Repertorio completo
BIOÉTICA
Y CINE
EN CONTEXTO DE PANDEMIA
[ Ver y pensar el cine en cuarentena ]
Don Quijote [1992]
Orson Welles
"Don Quijote" es un proyecto cinematográfico inconcluso escrito, coproducido y dirigido por Orson Welles. La película, editada por Jesús Franco y lanzada en 1992, no incluye todo el material original. De hecho, los seis minutos a los que hace referencia Giorgio Agamben han sido suprimidos del film. Se trata de una secuencia muda filmada y editada por el propio Welles a mediados de la década de 1950. Ambientada en una sala de cine, presenta a la actriz infantil Patty McCormack, a Francisco Riguera como Don Quijote y a Akim Tamiroff como Sancho Panza. Ofrecemos a continuación la película de 1992, los famosos seis minutos, y el comentario de Agamben.
[ Lecturas ]
"Los seis minutos más bellos de la historia del cine"
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"Sancho Panza entra en un cine de una ciudad de provincias. Está buscando a don Quijote y lo encuentra sentado aparte, mirando a la pantalla. La sala está casi llena, y su galería superior –una especie de gallinero– se halla enteramente ocupada por niños alborotadores. Después de algunos intentos inútiles por reunirse con don Quijote, Sancho se sienta de mala gana en la platea, junto a una niña (¿Dulcinea?), que le ofrece una golosina. La proyección ha comenzado, es una película histórica, sobre la pantalla corren los caballeros armados, en un momento determinado aparece una mujer en peligro. De golpe don Quijote se pone en pie, desenvaina su espada, se precipita sobre la pantalla y sus mandobles empiezan a rajar la tela. En la pantalla siguen todavía la mujer y los caballeros, pero el agujero abierto por la espada de don Quijote crece cada vez más y devora implacablemente la imagen. Al final casi no queda nada de la pantalla, solamente el bastidor de madera que la sostenía. El público, indignado, abandona la sala; pero en el gallinero los niños no paran de animar frenéticamente a don Quijote. Sólo la niña de la platea lo mira con reprobación.
“¿Qué debemos hacer con nuestras imaginaciones? Armarlas, creérnoslas al punto de deber destruirlas, falsificarlas (éste es, quizás, el sentido del cine de Orson Welles). Pero cuando, al fin, éstas se revelan vacías, insatisfechas; cuando muestran la nada de la que están hechas, sólo entonces hay que pagar el precio de su verdad, comprender que Dulcinea –a la que hemos salvado– no puede amarnos."
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Del libro de ensayos Profanaciones (Anagrama 2005)